lunes, 31 de octubre de 2011

Los cambios de hora

El objetivo principal del cambio de hora, que realizan la mayoría de los países, es el del ahorro energético (el Ministerio de Industria español confirma que el ahorro puede llegar a los 300 millones de euros) y el aprovechamiento de la luz solar. Sin embargo, en el periodo en el que se adelanta o se atrasa la hora, estamos cambiando nuestro organismo de una manera muy espontánea, creando una serie de distorsiones corporales durante los primeros días del ajuste horario.



El factor principal que se ve afectado son los cambios producidos por el sueño. El cuerpo se habitúa a un horario, si éste es modificado nos costará mucho más conciliar el sueño y despertarnos, por lo que llegará un punto que tendremos una acumulación de horas sin dormir. Las consecuencias de esto pueden ser: bajo rendimiento tanto físico como intelectual, dificultad para controlar la frustración, incapacidad para controlar emociones, estado de ánimo negativo, un posible descenso de la autoestima, incapacidad para tomar decisiones con criterio, descenso de la capacidad de concentración y de memoria, entre otros.



Todos estos síntomas también son debido a los cambios que se producen en el organismo por la secreción de melatonina. Se trata de una hormona que segrega la glándula pineal en ausencia de luz solar. Esta hormona actúa como "somnífero natural", mejora la calidad de nuestras horas de sueño, aumenta la eficacia del sistema inmunológico y actúa como antidepresivo. Desde el momento en que cambiemos el horario, las horas de luz solar aumentarán o disminuirán (según  la estación) y nuestro organismo se verá afectado por este incidente, adelantando o atrasando las horas de secreción de melatonina. Esto hace que se desajusten  por completo todos los ritmos día-noche "programados" de nuestro cuerpo y tardaremos algo de tiempo en habituarnos a los nuevos cambios.



También se dan desajustes relacionados con los alimentos. El comer una hora antes implica que no tengamos un suficiente apetito como para satisfacernos. Por otro lado, si nos toca comer una hora mas tarde nuestra hambre será aún mayor y aumentará el número de alimentos ingeridos. Por esta misma razón siempre hay un aumento/disminución de peso en los primeros días de cambios de hora.



Tantos los cambios nutricionales como los cambios relacionados con el sueño afectan más a las personas que llevan un horario rígido. Estos desajustes, según los más expertos, no deberían de durar mas de una semana tras el cambio de hora. Lo mejor que podemos hacer es habituarnos antes de que suceda este horario, despertándonos o comiendo unos minutos mas tarde/temprano (dependiendo de la dirección en la que se cambie la hora).

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